Saturday, 04 May, 2024

¿COMO MANTENER TU VITALIDAD?


No todo pasa por la edad para ser vital. Si bien, es importante tenerla en cuenta, es esencial adquirir la actitud y voluntad de mantenernos saludables durante nuestra existencia.

Lo primero es entender lo que significa vitalidad.
La vitalidad es una actitud de entusiasmo, energía y optimismo. Es la creencia en ti mismo y en tus habilidades para lograr grandes cosas. También es la determinación de tomar acción y hacer cambios positivos en tu vida.
A esto se le suma tratar de identificar sus fuentes de inspiración.
La mejor manera de cultivar una actitud vital es encontrar fuentes de inspiración. Estos pueden ser libros, historias o citas inspiradoras, o personas que han logrado grandes cosas. Piensa en lo que te inspira y utilízalo como combustible para tu propio viaje. Y si en algo te ayuda, nunca dejes de soñar y que esos sueños sean tu realidad futura.
Todo requiere de una preparación previa. Es un proceso. Lo que primero debes tener en cuenta, es tomar un tiempo para el cuidado personal.
Es imposible mantener una actitud vital sin cuidarse. Tratar de encontrar tiempo cada día para hacer algo que brinde alegría o permita relajarse. Esto podría ser cualquier cosa, desde dar un paseo hasta leer un libro, o una larga caminata con amigos. Tener la oreja amiga que nos escucha es bueno para generar catarsis.
Y si no se logra lo anteriormente dicho, entonces, retarte a ti mismo.

Toda actividad física nos beneficia

La clave para vivir una vida vital es adoptar una actitud de resiliencia. La resiliencia es la capacidad de recuperarse de los reveses de la adversidad y seguir avanzando. Para desarrollar la resiliencia es importante centrarse en el momento presente y aceptar la situación tal como es, en lugar de insistir en el pasado o preocuparse por el futuro. Está en nosotros reconocer que la vida está llena de altibajos y que los reveses son una parte inevitable del viaje. La clave es encontrar formas de avanzar a pesar de los desafíos que se puedan enfrentar. Esto se puede lograr cultivando la autoconciencia, la atención plena y la autocompasión. A través de estas prácticas, desarrollar habilidades para evaluar la situación de manera objetiva, determinar el mejor curso de acción y tomar medidas para avanzar.

No todos las personas piensan igual, a la hora de llegar a un determinada edad, cuando se cree que todo terminó y no hay nada más por hacer en esta vida. No es así. Todo los días es un nuevo despertar, la vida se lleva por dentro, la enriquecemos con lo que le aportamos día a día. Mantenerse vital es la clave para vivir una saludable y plena vida. La vitalidad significa tener energía, resistencia, buena salud física y mental, aunque espiritual, también.

Seguramente hay infinidad de maneras de cultivarla. A cada uno de nosotros toca “descubrir” qué cosas nos hacen sentir vitales.

Celebra la vida

Pero un primer paso para diagnosticar cómo andamos en ese aspecto puede ser utilizando las siguientes preguntas; por ejemplo:

  • ¿Sentimos entusiasmo por lo que hacemos o planeamos hacer?
  • ¿Manifestamos con frecuencia interés o curiosidad por algo?
  • ¿Las actividades que realizamos tienen impulso o vigor?

Si la respuestas es negativa, está claro que algo no anda bien.

Así que valdría la pena revisar hacia dónde estamos dirigiendo nuestra intención y corregir el rumbo. El hecho es que el cuerpo tiene una asombrosa capacidad para curarse a sí mismo cuando se le da el entorno adecuado. Cuando entendemos cómo crear ese entorno, podemos mantener la vitalidad y la salud.
La clave es crear un entorno propicio para la curación. Esto significa proporcionar al cuerpo los nutrientes que necesita, hacer ejercicio regularmente, descansar, relajar lo suficiente y evitar las toxinas. También, significa aprender a manejar el estrés, ya que el estrés puede tener un impacto negativo en nuestra salud.
Una vez que hemos creado un ambiente propicio para la curación, podemos comenzar a centrarnos en áreas específicas de la salud. Podemos aprender sobre nutrición y cómo crear una dieta balanceada que proporcione a nuestro cuerpo los nutrientes que necesita. Todo acompañado del ejercicio que nos beneficie de forma integral.

Toda actividad física debe estar controlada por un entrenador o profesional quién nos indicará que rutina hacer de acuerdo a las condiciones físicas de cada uno en particular.
Esto nos ayuda a cómo manejar el estrés y cómo usar técnicas de relajación para reducir los niveles de estrés.

Relaja y medita

La idea es mentalizarse en cómo desarrollar una sensación de bienestar. A medida que se envejece, es importante prestar atención a la salud física. Seguir una dieta balanceada, hacer ejercicio regularmente y descansar lo suficiente son formas de garantizar una alta calidad de vida. Centrarse lo necesario en la salud mental y emocional para disfrutar de los beneficios de una vida plena y gratificante. Tomarse el tiempo para hablar con amigos y familiares, participar en pasatiempos agradables y participar en actividades que le brinden alegría pueden contribuir a una sensación de bienestar. Sin olvidar que somos seres con sensibilidad, que necesitamos del buen trato, de la amabilidad, del interés por el otro, y por sobre todo del amor en todas sus dimensiones. Todo lo necesario para mantener la autoestima bien alta.

Alimentos sanos y nutritivos

Todo esto contribuye a prevenir y retrasar el envejecimiento, por consiguiente, es mejorar el estilo de vida, asegurarse de tener una dieta saludable, actividad física, practicar la relajación, dormir lo suficiente y eliminar el alcohol o el tabaquismo, acompañando la dieta con suplementos dietéticos como vitaminas, minerales y antioxidantes.
El ejercicio es un componente crucial para ralentizar el proceso de envejecimiento.

Familiar y socialmente contenidos

Ten en cuenta que ser vital mejora la vida al proporcionarme la energía y la motivación para asumir nuevas tareas y desafíos. También, colabora a mantener una perspectiva positiva y optimista del futuro, lo que puede hacerme más exitoso y productivo. Además, de esto, ser vital da un sentido de propósito y dirección, lo que puede ayudar a alcanzar metas y aprovechar al máximo el tiempo. Puede ayudar a mantener salud física y mental, brindando la fuerza y el vigor para enfrentar tareas difíciles y disfrutar la vida al máximo.

Ser vital mejora la vida al permitir ser un ser activo, saludable y motivado. Cuando estoy activo, puedo hacer ejercicio, estar en buena forma. Puedo querer y sentirme querido. Cuando me siento motivado, es más probable que asuma nuevos desafíos y empuje a nuevas alturas. Por último, ser vital ayuda a estar conectado con las personas, los lugares y las cosas que traen alegría y satisfacción a nuestra valiosa vida.

Encuentra tu paz interior

¡VIDA HAY UNA SOLA, MERECE SER BIEN VIVIDA!

Producción periodística: Patricia Fragapane Federiconi

Información: Ser+Vital

Fotos: Pinterest /M.E.V.

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