Este año la muestra de Virginia Comoli, arquitecta y amante del arte, nos recibió en su casa para deleitarnos con la fusión del arte, la Danza y el Sentir. Una noche donde esa niña interior mostró otra de sus facetas.
El niño interior es esa parte de nosotros que conserva la inocencia, la curiosidad, la alegría y la creatividad de la infancia. Es el que nos permite jugar, soñar, imaginar y expresarnos libremente. El niño interior también es el que guarda las heridas, los miedos, las frustraciones y las necesidades que no fueron satisfechas cuando éramos pequeños. Por eso, es importante cuidar, sanar y nutrir a nuestro niño interior, para que pueda florecer y aportarnos bienestar.
Este es el instante en que Virginia Cómoli, siente la necesidad de expresar sus sentires. Ella asegura, que <su renacer lo representa por medio de una performance en visión, movimiento y danza. Dándole el espacio de escucha a Virginia niña que eligió el arte a los 8 años>.
El arte es una de las formas más efectivas de conectar con nuestro niño interior, ya que nos ofrece un espacio de exploración, experimentación y expresión. A través del arte, podemos darle voz, forma y color a nuestro niño interior, y así liberar sus emociones, deseos y potencialidades. El arte también nos ayuda a desarrollar la confianza, la autoestima, la sensibilidad y la empatía, que son cualidades esenciales para nuestro crecimiento personal.
Para conjugar el niño interior con el arte, no hace falta ser un experto ni tener talento. Lo único que se necesita es tener ganas de divertirse, de aprender y de crear, así lo considera Virginia. Podemos elegir el medio artístico que más nos guste o nos llame la atención, ya sea la pintura, la música, la escritura, el teatro, la danza, la fotografía.
Asimismo, la protagonista nos deslumbró con sus suaves movimientos en un pausado flamenco transmitiendo lo más profundo de su ser y con sus dibujos de tenues tonalidades. Ella, nos deja un mensaje de esa noche mágica: <lo importante es que nos permitamos expresarnos sin juicios, sin críticas y sin expectativas.
Que nos dejemos llevar por la intuición, la imaginación y la emoción, para sorprendernos, que aflore la emoción y la risa. Para que nos aceptemos y nos queramos a través de nuestro arte. Porque ese niño interior es al que debemos escuchar y abrazar cada día. Virginia demostró que se puede lograr, en una armoniosa velada juntos a sus seres más allegados.
Producción periodística: Patricia Fragapane Federiconi
Gentileza: Virginia Cómoli
Fotos: @tonycastagnolo