El deporte es más que una actividad física; es una herramienta poderosa para el desarrollo personal y social. Tanto el deporte como la actividad física tienen la capacidad de unir a las personas, trascendiendo barreras culturales y sociales, y fomentando un sentido de comunidad y pertenencia.
Mucho hemos hablado de los beneficios del deporte. Todo lo que nos favorece practicarlo, sea cual sea, en cuanto a lo físico, espiritual y emocional en cada uno del que lo ejerce. Pero, cuando se comparte un deporte en grupo, en mi caso el running, es algo imposible de dejar. Y no hablo sólo de salir a entrenar tres veces por semana, o de participar de alguna competencia, sino, del grupo y de la amistad que se genera con el tiempo.
A una determinada edad, se corre y tratamos de que sea cada vez más, aunque el compartir momentos inolvidables, como un asado, un cumpleaños, o un tercer tiempo después de entrenar enriquece el alma de manera significativa. Todos somos poseedores de una energía insuperable, pero por sobre todo es una “cuestión de actitud”.
La actitud es una disposición mental y emocional que influye en cómo una persona ve y reacciona ante diversas situaciones y personas. Comprende opiniones, creencias, emociones y la propensión a comportarse de una manera determinada. Pero no todos adoptan el mismo tipo de actitud, ya que existen varios tipos como:
- Actitud positiva: Tendencia a enfocarse en lo bueno y esperar resultados favorables.
- Actitud negativa: Inclinación a ver lo malo y esperar lo peor.
- Actitud neutral: Ni positiva ni negativa, sino una postura imparcial.
- Actitud abierta: Disposición a recibir nuevas experiencias e ideas.
- Actitud cerrada: Resistencia al cambio y a nuevas ideas.
Cada tipo de actitud puede influir en la manera en que una persona interactúa con los demás y enfrenta los desafíos de la vida. Se consideran diversos factores que pueden afectar la formación de actitudes, incluyendo los siguientes:
- Experiencias personales: Las vivencias individuales pueden moldear cómo una persona ve el mundo.
- Influencia social: La familia, amigos y la sociedad pueden impactar las actitudes de una persona.
- Educación y conocimiento: Lo que aprendemos puede cambiar o reforzar nuestras actitudes.
- Medios de comunicación: La información que recibimos de los medios puede influenciar nuestras opiniones y actitudes.
- Factores psicológicos: La personalidad y las emociones también juegan un papel en cómo se forman las actitudes.
Por consiguiente, el deporte en un grupo de personas puede tener varios efectos positivos, como:
- Fomentar el trabajo en equipo: Aprender a cooperar y trabajar juntos hacia un objetivo común.
- Mejorar la comunicación: Desarrollar habilidades de comunicación al coordinar acciones y estrategias.
- Incrementar la cohesión social: Fortalecer las relaciones y el sentido de pertenencia al grupo.
- Promover la salud física y mental: Mejorar la condición física y reducir el estrés.
- Fomentar la disciplina y el respeto: Aprender a cumplir con las reglas y a respetar tanto a compañeros como a oponentes.
Practicarlo sirve como herramienta poderosa para unir a las personas y fomentar valores positivos. No solo nos beneficia físicamente, sino que también nos permite disfrutar de la vida diaria, como individuos y amigos, gozando de días soleados, comidas deliciosas, bailes alegres y risas contagiosas. ¡Vivir la vida plenamente es disfrutar del presente sin preocuparse por el mañana!
Producción periodística: Patricia Fragapane Federiconi
Gentileza: Triunfa Emprendiendo
Fotos: M.E.V.