Córdoba otra de las grandes ciudades de Andalucía que merece ser conocida por su nutrida historia. Una ciudad que impacta al llegar. Recorrerla es encontrarse con monumentos hasta topar con la grandiosa Mezquita de Córdoba.
Seguimos recorriendo esta Andalucía que contiene tan maravillosas ciudades cargadas de historia. Después de una ponderada Sevilla, arribamos a Córdoba, la ciudad catalogada como la Flor de España, según el poeta Luis de Góngora. Una ciudad de raíces árabes, romanas, judías y cristianas.
Otra ciudad para perderse entre sus callecitas colmadas de historia, como la Mezquita Catedral, una Sinagoga, sus coloridos Patios de las Flores, hasta el romántico Puente Romano. No pude descansar al llegar, tal era mi curiosidad por adentrarme en su mundo que salí a su encuentro. Un calor agobiante, con casi 42º que invitaban más a quedarse bajo el aire acondicionado, que salir a descubrirla.
Siento una atracción especial por las diminutas callecitas empedradas con infinitas hileras de árboles frondosos y muy verdes. En cada cuadra abundan negocios de productos típicos del lugar y sus exquisitos dulces que tientan al pasar. Dar una y otra vuelta hasta llegar a la tan imponente Mezquita, sin antes dejar de pasar por la puerta del puente donde está la Plaza del Triunfo.
La Mezquita Catedral de Córdoba, fue construida entre los siglos VIII y X, lugar de culto de varias religiones: pasó a ser de una iglesia visigoda, a una mezquita, hasta que finalmente en el siglo XIII, tras la reconquista, fue consagrada como catedral. En su época fue la segunda mezquita del mundo, por detrás de la Meca.
Esa mañana me levanté al alba para llegar hacer la cola, así poder entrar y conocer su interior. Me impresionó sus altas y gran cantidad de columnas. Todo de una bellísima arquitectura. De estilos omeya, gótico, renacentista y barroco. El sereno patio de los naranjos y a un costado la majestuosa torre de la catedral.
También el Alcázar, es un gran complejo formado por una fortaleza, el palacio y los jardines. Este palacio fue el hogar de los reyes católicos, luego fue sede de la Inquisición. Dentro del palacio pude apreciar el salón de los mosaicos y los jardines ubicados a las orillas del río Guadalquivir.
Al llegar a Córdoba, me vi obliga a tomar un taxi que me llevaría hasta el hotel. El mismo debía entrar la barrio de la Judería, al que luego, visité caminando, ya que tiene su propio relato. Es un barrio de típico trazado islámico, y en 1994 fue nombrado <Patrimonio de las Humanidad por la Unesco>. Se extiende desde la Puerta de Almodóvar hasta la Mezquita – Catedral.
Dentro de la Judería se encuentra la Sinagoga, la Plaza de Tiberiades, el Zoco Municipal, un mercado de talleres artesanales.
Después de un largo día, circulando por esta encantadora ciudad, tras un breve descanso, me dirigí al Puente Romano de noche. Viví sensaciones de mucho romanticismo que me transportó a épocas plenas al escuchar las suaves melodías tocadas por un pianista. Un placer no sólo oírlo sino transitar este largo puente bajo la brisa suave que envuelve las aguas del río Guadalquivir.
Este Puente Romano fue construido en el s. I a.C. La estructura principal data del medioevo y en el medio del puente hay una obra de San Rafael. Al finalizar, se ubica la torre de Calahorra, en la antiguedad servía de control y defensa para evitar los ataques al Puente Romano. Su ingreso al interior permite ver el <Museo Vivo de al – Andaluz>
Ya con poco tiempo para seguir alucinándome de estos parajes, es que elegí acercarme a una de las callecitas más transitadas de Córdoba, la Calle de las Flores, tan pintoresca que da gusto caminarla, bajo gran cantidad de masetas azules colmadas de flores. Asimismo, la ruta de los Patios de Córdoba,< Patrimonio de la Humanidad>, son otras de las beldades que no pueden dejar de conocer. La época indicada es en mayo cuando todo está en flor, en la semana del Festival de Los Patios.
A veces el tiempo apremia, y el agotamiento de dos días visitando tan majestuosa ciudad, cada uno de sus rincones lleva su tiempo. Quedó mucho por ver, pero me llevo el recuerdo y la alegría de saber que pude dedicarle parte de mi existencia a tanta cultura. Y es esto lo que me llevo conmigo, lo que me transmite la historia de nuestros antepasados.
Producción periodística: Patricia Fragapane Federiconi
Gentileza: Es parte del viaje / Patio del posadero
Fotos: M.E.V. / Pinterest