A medida que transito por las encantadoras ciudades de Italia, más me enamora. Rímini, un lugar que invita a la diversión. Las luces se encienden desde temprano al igual que el sonido, la antesala de lo que promete ser una noche a todo ritmo.
Rímini, estaba desde hace muchos años en mi agenda turística de Italia. Estando tan cerca de mi ciudad, Senigallia, como no conocerla, cuando todo comentario sobre ella despierta interés.
Al bajar del tren, ese tren italiano increíble que circula a gran velocidad, comencé como es mi costumbre a preguntar. ¿Scusi, dov’è il centro città? La gente en Italia es muy cordial, se esmeran para que el turista llegue a destino, y si no se es turista, también. Son solidarios y amistosos.
En Rímini, el entretenimiento se ve en cada rincón de la ciudad. Su centro es muy sustancioso en cuántos a negocios, tiendas, pero la avenida que bordea el mar y concentra gran cantidad de restaurantes, bares, confiterías, heladerías, le dan ese touch encantador asegurando una velada exitosa.
Rímini es una ciudad de la costa adriática, en la región italiana de Emilia Romana. Además de ser una paraje de verano, famoso por sus clubes nocturnos en la playa, tiene muchos otros atractivos que ver. El Puente de Augusto, que se construyó durante su reinado, y fue el único cruce que no fue destruido en la batalla de Rímini.
El Borgo San Giuliano, es el barrio donde vivían los pescadores, se caracteriza por sus calles empedradas y restaurantes de dos pisos adornados con murales de Federico Fellini que aluden a sus más afamadas películas, “La Dolce Vitta”, “The Road”, entre otras.
El Parco XXV, un extenso terreno con exuberante vegetación, bordeado de bosques, ideal para la práctica deportiva, paseos y relax de fin de semana. Toda Italia ofrece sus antepasados históricos que no se pueden ignorar. Sus catedrales o duomos, sus palacios, fortalezas son de una gran arquitectura donde el arte emana por doquier.
Caminar hasta la Plaza Cavour, donde se verá el Ayuntamiento, el Palacio del Podestá y del Arengo y el Teatro Municipal inaugurado por Giuseppe Verdi. El Templo Malatestiano, conocido como el Duomo de Rímini, es obra de los franciscanos y principal templo de culto católico de la ciudad: el Castillo Sismondo y el Anfiteatro Romano.
En cuanto a la gastronomía, aconsejo visitar Italia bien delgados, en especial Rímini por ser la reina de la piadina romañola, también las pastas, pizzas, las focaccias, los quesos y helados artesanales, y unos que otro postre, harán recuperar los kilos perdidos de inmediato.
El día se hace interminable por todo lo que se disfruta en esta bella ciudad. Pero nada más sugerente que terminar el día con un trago en las terrazas del Gran Hotel Rímini, que en verano es escenario de grandes banquetes, como la Dolce Vita.
Rímini es sinónimo de “La Dolce Vitta”, no te la pierdas.
Producción periodística: Patricia Fragapane Federiconi
Gentileza: Traveler
Fotos: M.E.V / Pinterest
