Friday, 29 March, 2024

PEDALEANDO POR LA CORDILLERA DE LOS ANDES


El cruce por la cordillera de Los Andes en bicicleta mountain bike fue una de las travesías deportivas más exigentes que he podido experimentar. Además, de vivir tres días maravillosos en la magnitud cordillerana.

El cruce a la República de Chile, por la cordillera de Los Andes fue una aventura de esas que no se olvidan jamás. No sé si fui la primera o segunda mujer en hacer el cruce en bicicleta mountain bike por la ruta internacional, desde el kilómetro cero de la ciudad de Mendoza hasta la ciudad balnearia de Viña del Mar, Chile. El lugar donde me esperaban mis padres en su casa de veraneo.

Fueron años de entrenamiento que nos llevó emprender semejante travesía en la montaña. Con el apoyo y contención de mi compañero todo fue más fácil de transitar, ya que la ruta se presenta con infinidad de curvas, túneles, bajadas y eternas subidas, que dejan sin aliento para continuar.

Todo es recompensado con la naturaleza que se despliega en cada pedaleo. Al pasar en auto a alta velocidad, ya que el camino lo permite, no se aprecia lo que significa estar entre medio de la inmensidad del cordón cordillerano.

Cruce de Los Andes, Expedición Libertadora

En cada pedaleo, que fueron miles, pensaba en lo que hizo San Martín con su ejército en el año 1817. Fue un 12 de enero, con más de 5000 hombres entre soldados y milicianos iniciaron el viaje para cruzar Los Andes en dirección a Chile, en caballo. Marcaron seis recorridos diferentes para los distintos batallones para dividir y sorprender al enemigo, las tropas Realistas del Imperio Español. Todo esto formó parte del plan del General José de San Martín, que desarrolló para llevar a cabo la Expedición Libertadora de Argentina. Hoy ese itinerario ha cambiado por completo y no refleja el sacrificio que tuvieron que soportar esos hombres para lograr la conquista de América.

Pero bien podría decirse que hacerlo en un medio de transporte como lo es la bicicleta tienen sus requerimientos y mucho de sacrificado, también. Hay que estar en forma física, mental y emocionalmente. Fueron muchas las situaciones que me llevaron a subir al auto de apoyo, pero la consigna era continuar en dos ruedas. Ese pensamiento como un mandato, fue el que mantuvo mi postura sin modificar objetivo alguno.

Aconcagua, provincia de Mendoza Argentina

No alcanzan las palabras para describir semejante naturaleza, en el andar de mi mountain bike, la que me permitió palpar la inclemencia del tiempo, la visión clara de las montañas y ese pico nevado del gigante que se asoma desde todos los ángulos de la ruta, el Aconcagua, con sus 1961 metros, imponente. Es una escena indescriptible, la que provoca emociones al estar inmersos dentro de ese cuadro, así sentir la soledad y belleza profunda del lugar.

Alcanzar esta meta fue la consagración de una etapa significativa en mi vida como la de cualquier deportista. Podría escribir durante horas sobre esta rica experiencia, vivencias nutridas de mucho aprendizaje, no sólo en lo cultural y geográfico que encierra este recorrido, sino, en todo lo que deja marcado en nuestro ser como persona.

Les dejo la inquietud de saber más sobre este cruce en mi libro “Almas al trote” el que comienza relatando esta travesía, la que me dio pie a seguir transitando por el camino de salud, pero ya sobre mis piernas, que gracias a Dios, me han dado la posibilidad de correr cientos de kilómetros en parajes, ciudades y otros países de semejante naturaleza terrenal.

Producción periodística: Patricia Fragapane Federiconi

Gentileza: Wikipedia

Fotos: M.E.V

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