Cuando el beber vino deja de ser un complemento social y se transforma en un hábito de consumo diario, perjudica en demasía la salud. Aquí un informe de especialistas.
El beber vino en exceso es perjudicial para la salud, más aún si se bebe antes de acostarse. Los efectos sobre la salud del etanol, el alcohol que contiene el vino, dependen de la cantidad de alcohol consumido y de los hábitos de consumo. Los grandes bebedores se exponen a riesgos más elevados, como a un mayor riesgo de mortalidad.
Una serie de estudios muestra que la pauta más <saludable> es el consumo diario de pequeñas cantidades de alcohol, de forma frecuente reduce el estrés oxidativo, que está relacionado con enfermedades crónicas (desde cardiovasculares hasta cáncer) y con los procesos de envejecimiento.
Según el estudio Global Burden of Disease publicados en la prestigiosa revista de The Lancet, confirmando que ningún nivel de consumo de alcohol puede ser considerado saludable. Una de las principales causas de muerte en el mundo se debe por el consumo de alcohol y su impacto sobre la salud de la población en 195 países
La medida indicada es una copa de vino tinto para la mujer y dos copas para el varón al día, es la medida razonable para ayudar a reducir ese estrés. El vino blanco tiene diez veces menos potencial antioxidante. Para los amantes del vino, se sugiere que es saludable tomar hasta 30 gramos de alcohol por día, lo que equivale a 250 o 300 centímetros cúbicos. Se debe beber durante el almuerzo o la cena y no en el momento que se quiera.
Hay que destacar que el vino contiene algunos componentes beneficiosos para la salud. Ellos son:
- Polifenoles: es una sustancia que se divide en los <no flavonoides> que incluyen fenoles. Y los <estilbenos> con resveratrol que podría frenar el estrés oxidativo, mejorar la sensibilidad de la insulina, inhibir la oxidación de las lipoproteínas, entre otros.
- Flavonoides: proceden de la piel de la uva. Desde el punto de vista biológico, tienen un efecto antioxidante muy superior a la vitamina E.
RELACION DEL VINO CON EL DEPORTE
La combinación de ejercicio regular y consumo moderado de vino mejora los marcadores de la aterosclerosis, además de proteger el riesgo cardiovascular. Esto sólo si la práctica de la actividad deportiva es una constante y si en la ingesta de alcohol, la medida es mesurada, y cada dos o más días.
Cuando hay exceso, el etanol afecta el sistema nervioso pudiendo provocar en un primer momento euforia y mayor fuerza, siendo el efecto final depresivo, es decir, deprime las capacidades del individuo para actuar ante cualquier situación y reduce los reflejos.
Como consecuencia, los movimientos se relentizan, la coordinación disminuye y si su ingesta fue excesiva puede ocasionar alteraciones en la visión. Por otro lado, el alcohol actúa como diurético, lo que genera un cuadro de deshidratación durante la práctica deportiva.
Otra dificultad es que si se tiene alcohol en el sistema, las pulsaciones aumentarán más rápido de lo habitual aumentando considerablemente la temperatura corporal, lo que implica más sudor y deshidratación.
Si bien el vino en menor medida aporta beneficios muy peculiares, en general no es del todo saludable para el físico. Según el servicio de Salud Pública del Reino Unido, hay cuatro efectos inmediatos si se deja de beber alcohol durante un mes. Ellos son:
- Encontrarse mejor por las mañanas
- Sentirse menos cansado durante el día
- Sentirse más en forma
- Perder peso o dejar de ganarlo
A largo plazo se pueden ver más resultados como:
- Mejora el sueño
- Un sistema inmunológico más eficaz
- Mejora el estado de humor
- Mejora el aspecto de la piel
¡ No lo dudes, si te quieres, cuida tu salud y la de los otros también !
Producción general: M.E.V./ P.F.F
Gentileza: Vitónica/ BBC Mundo
Fotos: Pinterest