La adultez es considerada como la edad de la plenitud, donde se disfruta de la vida conservando un buen estado físico.
La tercera edad o cuarta, como la consideran actualmente, es una edad para disfrutarla a pleno. Es como subir un escalón más en la vida de cada persona. En un deportista esto no significa ningún obstáculo, al contrario el rendimiento físico es más efectivo que cuando se es joven.
Ningún profesional en medicina, rechaza la idea de practicar ejercicio físico cuando se es adulto, o una persona avanzada en años. Se deben respetar las exigencias y la capacidad física del organismo, es decir, no someterse a esfuerzos físicos, ni a estrés psicológico.
Es una edad para recrearse y ser feliz. La moderación es el principal criterio que hay que seguir. Algunos estudiosos en el tema, aseguran, que el envejecimiento puede considerarse como resultado de los cambios del individuo con relación al ambiente que lo rodea.
Cuando más temprano e intenso sea el envejecimiento, tanto menor será capaz de adaptarse a los cambios sufridos.
Parece ser que el grado de deterioro psicofísico que se registra con el envejecimiento, incluso, en los años que se considera la etapa presenil, no se debe exclusivamente al desgaste, sino también, al tipo de ejercicio realizado hasta ese momento.
No se duda que la vida sedentaria favorezca el envejecimiento precoz y la aparición de numerosos problemas de salud. Los signos característicos de la vejez, como la torpeza de movimientos, las dificultades respiratorias y circulatorias, aparecen mucho más tarde en las personas que tienen una práctica física intensa.
No sólo son más ágiles y capaces de hacer esfuerzos, sino, reaccionan más rápidamente al estímulo conservando por más tiempo un espíritu emprendedor y dinámico. Cuánto más ejercitamos nuestro cuerpo más cosas se pueden ejecutar y con mayor frecuencia.
Trote compartido 
Pasear y ejercitar
Producción Periodística: Patricia Fragapane Federiconi
Info: Libro “Almas al trote” por P.F.F / (Saavedra y cols, 2008)
Fotos: Pinterest